Mis ojos ardían y sabía que en cualquier momento las
lágrimas saldrían, las imágenes de los cuerpos inertes de Yoochun y Yunho pasaban
por mi mente una y otra vez.
¿Cómo era posible que estuvieran muertos? Mi familia ahora
estaba muerta ¿Qué iba a hacer ahora? ¿Qué iba a hacer de mí? Estaba solo en
una habitación, esposado a una cama.
Un nudo se formo en mi garganta en solo pensar en lo que
podrían hacer y que nade me podría ayudar.
Jaejoong… nuevamente aquel nombre se metía en mis
pensamientos, pero ahora era diferente, siempre lo esperaba con la esperanza de
estar con él, de poder tener a alguien con quien hablar y luego me confesó que
me amaba…
Me había tardado tanto entender que yo también lo hacía por
el recuerdo de Taemin, porque aún no lo dejaba ir o más bien no quería dejarlo
ir, cada vez que intentaba pensar en que me gustaba Jaejoong, aquel recuerdo me
hacía recriminarme una y otra vez, el
olvidarme de aquel pequeño que ame hace tanto tiempo atrás, y al final
Jaejoong había podido más que aquel re cuerdo y aún con dolor le pedí perdón a
Taemin por cambiarlo, pero yo si quería seguir adelante había tenido que
olvidarlo.
Y recuerdo lo impresionado y feliz que estaba cuando Yunho
me dijo lo que Jaejoong le pidió “Liberarme”
Había estado tan feliz de que Jaejoong hiciera por mí,
muchas escenas de él y yo juntos en una vida sin complicaciones.
Pero había llegado aquel hombre de años atrás que creí
olvidado y rompió todo, y ahora…
Sentí un nudo en mi garganta, quería que viniera Jaejoong, y
que me sacara de este lugar, pero era mucho pedir, tal vez nunca volvería a
verlo y aquello hacía que mi corazón se encogiera de dolor.
De repente la puerta se abrió y sentí como mi alma regresaba
a mi cuerpo, al mimo tiempo que el miedo se apoderaba de mi cuerpo.
-Jaejoong- Fue lo
único que pude articular ¿Era realmente él? O mi mente estaba tan desesperada
para jugarme una broma tan cruel.
Pero aquella mirada fría que me dedicaba me decía que todo
era una vil ilusión, porque Jaejoong jamás me miraría de esa forma tan… ni
siquiera tenía palabras para describirlo.
Lentamente se fue acercando, el sonido de sus pasos llegaban
a mis oídos, al mismo tiempo que su mirada me taladraba cada parte de mi alma
¿Qué demonios estaba pasando?
El sonido de la puerta nuevamente siendo abierta me hizo
girar la vista, encontrándome con aquel hombre que me sonreía de una forma
macabra, y el miedo se apodero de mí, no sabía lo que estaba sucediendo y cada
vez la situación hacía que no quisiera saber nada porque cualquiera que sea la
situación haría que todo dejara de valer la pena, que no tendría sentido seguir
vivo.
-Max- Fue lo que
pronunciaron sus asquerosos labios –Creo
que por tu cara quieres saber qué es lo que está sucediendo ¿Cierto?- No
dije nada, solo lo mira con odio y el rió –Antes
que nada te quiero presentar a alguien- Dijo acercándose a Jaejoong en
aquella silla de ruedas.
-¡No me interesa!-
Le grite y el sonrió.
-Oh, yo creo que esto
sí te interesa, tal vez ya lo conoces, pero no del todo, el es Kim Jaejoong, mi
hijo-
Y todo se derrumbó…. Todos los sueños con Jaejoong se
derrumbaron al escuchar aquellas palabras y ver como Jae sonreía con una mueca
parecida a la de su padre, esto no posía ser posible…
Mis lágrimas caían una y otra vez mi cuerpo dolía, todo el
dolía, y si antes me sentía mal, ahora estaba peor.
Jaejoong… aquel hombre al que le había entregado mi corazón
acababa de violarme, sus ojos fríos, su rostro sin ninguna emoción en cada
embestida, el dolor que me provocaba aquello, mi cuerpo temblaba al recordarlo,
había sido lo peor que había vivido, El que te violara la persona que amabas, que habías confiado en ella, que
hubieras creído sus palabras y sus promesas y que todo haya sido una vil
mentira…
Un grito salió de mi boca, sintiendo como me desgarraba mi
garganta, mi vida… no… reí como loco, jamás había tenido una vida, todo era un
fraude, mis padres habían fingido quererme, y me habían vendido a un prostíbulo
y en aquel lugar había conocido a Taemin, y cuando creí que era feliz, lo
asesinaron y luego llegó Jaejoong… y todo había sido una farsa, toda mi vida
había sido una farsa.
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Mi corazón se rompía cada vez más, me siento tan miserable,
me siento tan asqueroso, jamás me imagine que mi padre me obligaría a violarlo.
¡Dios! Había violado a mi niño, pero si no obedecía había 2
opciones:
La primera era que simplemente nos dispararían a ambos y la
segunda que solo me dispararían a mí, eso no era tan grave, pero Max estaría
solo y no sabría qué es lo que harían.
Mis lágrimas salieron y mi corazón se rompía aún más cuando
escuche aquel grito desgarrador que provenía de la persona que amaba.
Ahora más que nunca tenía que sacarlo de ahí, ya no tenía la
esperanza de estar juntos porque sabía que después de lo que había hecho jamás
me perdonaría, solo quería que fuera feliz y en ese momento era ser libre.
Leve aquella bandeja con comida, como pretexto para subir
donde estaba, y abrí la puerta.
-Max- No dijo
nada, ni siquiera me vio, -Debes comer-
Le dije sintiendo un nudo en mi garganta, pero fue el mismo resultado.
La verdad no lo culpaba, solo deje aquella bandeja de comida
junto a él salí, por el momento no podía
hacer nada, solo había que esperar…
Pasaron 2 semanas, donde me obligaron a repetir aquella
tortura, me obligaban a hacerle daño y aquellos hermosos ojos ahora estaban
vacios, ya no se quejaba, ya no lloraba, su cuerpo estaba flácido y aquello me
ponía peor.
Fue cuando tuve la oportunidad, no había nadie en casa, y
supe que era el momento de dejarlo libre.
Abrí la puerta con temor, encontrándome con aquel cuerpo sin
vida, era como si solo fuera un cascaron sin un alma.
-Max- Susurre,
pero no respondió –Hey, esto es
importante- Pero como dije antes, era como un muerto viviente.
Mi cabeza comenzó a trabajar en la forma de sacar de ahí a
Max, porque no sabía cuánto tiempo tendríamos, así que le quite las cadenas que
lo amarraban.
-Vamos Max- Y
cuando lo toque por fin hubo una respuesta
-¡No me toques!-
por fin había dicho algo después de 2 semanas y eso era un avance.
-Max- Susurre
tristemente –Se que no me quieres ni
ver, pero si no salimos en este mismo momento no sé cuándo podremos hacerlo-
-¿De qué demonios
estás hablando?- Me dijo con enojo y suspire, tenía que explicarle o no me
haría caso.
-Escúchame, te amo-
Y el frunció el seño, vi como estaba a punto de gritarme y me adelante –Se que lo que te hice- Sentí mis
lágrimas salir –Pero jamás creí que mi
padre hiciera esto, realmente no quería hacerte deño, pero por tu bien es
necesario salir de aquí-
-¿Y ahora debería
confiar en ti?-
-Se que ya no confías
en mí, pero realmente tenemos que salir de aquí, yo…- Sentí un nudo en mi
garganta –De verdad no era mi intención,
y cumpliré lo que me pidió Yunho-
-¿De qué hablas?-
Suspire por mi gran bocota.
-Yunho, antes de que
falleciera me pidió que cuidara de ti-
Sus lágrimas por fin bañaron su rostro.
-¡¿Se supone que debo
creerte?!- Me gritó -¿Debo creer que
Yunho te lo pidió?- Sollozo –Y sí es
cierto, ¡¿Por qué no lo ayudaste?!-
-Max escucha- Lo
tome por los hombros y se retorció.
-¡No, tú escucha!- Y
el silencio se apodero del lugar.
Lo había besado, y aunque se quedo inmóvil no hizo nada por
detenerme, cuando me separe pude ver su estupefacción.
-Se- Comencé a
relatarle –Se cómo te sientes con todo
lo que está pasando, pero también intenta comprenderme, hice todo eso por tu
bien, no pude salvar a Yunho, si en ese momento hubiera hecho algo me hubieran
asesinado junto con él-
-Pero…- Reí un
poco
-No importa si soy su
hijo, si interfiero con sus planes se deshará de quien sea- Bajo la cabeza –Max- Lo tome por el mentón y levante
su rostro –No sabes cómo me siento por
lo que te hice, y sé que no merezco tu perdón, pero si no lo hacía yo alguien
más lo hará, y será peor, ahora solo quiero sacarte de aquí, y lo voy a hacer-
Pude ver nuevamente el brillo en sus ojos y no pude
contenerme más y lo volví a besar, mi corazón latió después de tantas semanas
cuando Max me abrazo por el cuello y tome su cintura profundizando el beso,
quería seguir con aquello, pero teníamos poco tiempo.
-Vámonos antes de que
nos descubran- Le dije cuando nos separamos y juntamos nuestras frentes.
Él asintió con una gran sonrisa en su rostro, creo que al
final me había perdonado, ya no pedía más.
De repente a mis oídos llegó el grito de Max y un horrible
dolor atravesó mi cuerpo.
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Está tenía que ser
una horrible pesadilla, Jaejoong se encontraba en el piso sobre un charco de su
propia sangre.
Levante mi rostro y me encontré con el del padre de Jaejoong
que me miraba con odio y 1 hombre con una arma…
Nos habían escuchado…
-Llévatelo- Le
ordeno al hombre que le había disparado a Jaejoong, guardó el arma y caminó
lentamente
Prácticamente arrastro el cuerpo, dejando un rastro de
sangre y la desesperación se apodero de mi cuerpo.
-¡Jaejoong!- Y
recibí un golpe que me tiro al piso.
Pero aquello no me importó, en mi mente se repetía la escena
del cuerpo de Jaejoong desangrándose, era como si todo estuviera en mi contra,
la muerte de Taemin, de Yunho de Yoochun
todas habían sido por un balazo y ahora Jaejoong… cerré los ojos y llevé
mis manos a mis oídos, cada una de las escenas pasaban por mi cabeza, los
cuerpos de Yunho y Yoochun cayendo frente a mis pies, el cuerpo de Jaejoong
desangrándose en el piso, y aunque no había visto el cuerpo de Taemin, a mis
recuerdos venía su rostro de horror que había puesto cuando le apuntaron con
aquella arma, haciendo que mi conciencia no me dejará tranquilo por no poder
hacer nada por él, ni por ninguno…
No sabía cuánto había pasado, lo único que ocupaba mi mente
era que no sabía nada de Jaejoong, quería… quería tener la esperanza de que aún
estaba vivo y que nos iríamos juntos, tal vez aquello era lo único que me
mantenía con vida.
La puerta fue abierta, sin embargo no gire mi vista, ya
sabía quién era.
Sin embargo esta vez escuché unos pasos, a diferencia de
solo la silla moviéndose, así que gire mi vista, y vi que era una de sus
matones.
-Ya sabes que hacer-
Le dijo al tipo quien asintió y camino hacia mí.
Fue cuándo recordé las palabras de Jaejoong:
“Si no lo hacía yo
alguien más lo hará, y será peor”
El miedo recorrió mi cuerpo, trate de retroceder pero las
cadenas me lo impidieron.
Solo vi como levantó su pucho y todo so volvió obscuro.
Mis ojos pesaban, me costaba trabajo abrirlos y luego
escuche una voz.
-Despierta- Y
lentamente abrí los ojos y al hacerlo lo primero que vi fue el rostro de aquel
señor demasiado cerca para mi gusto, intenté retroceder pero fue cuando me
asuste.
Estaba completamente desnudo, sentado a ahorcadas sobre
aquel tipo y lo peor de todo es que mis piernas estaban amarradas a cada
extremo de aquella silla y mis manos estaban atadas en mi espalda.
-Pero que…- Trate
de zafarme, pero no pude.
-Quédate quieto
–Me dijo el padre de Jaejoong acariciando mi espalda hasta llegar a mis nalgas
y un escalofrío recorrió mi cuerpo –Sabes
es una lástima no poder tener movilidad en estos momentos- Sonrió lascivo
para luego lamerme el cuello
Tal vez esto no les parezca grave para alguien que trabajaba
en un prostíbulo, pero realmente era diferente y no quería que sucediera.
Un grito de dolor escapó desde lo más profundo de mi
garganta cuando un dildo se introdujo en mi ano, aquello me había dolido
horrores, el dolor recorrió mi espina dorsal, quitándome el aliento, sentí como
la sangre salía de mi interior.
-Sabes- Me dijo
con un tono monótono –Estoy molesto
contigo por lo que le hiciste a mi hijo- Y apreté mis dientes cuando
introdujo más aquel objeto en mi interior –Algo
tienes que haces que la gente pierda la cabeza por ti-
Siguió metiendo aquel objeto lo más profundo que pudo,
sentía que me partía en 2, y la sangre ahora escurría por mis muslos.
-Recuerdo cuando eras
un niño- Sonrió –Eras tan hermoso,
que me pareciste irreal –Sus manos recorrían mi cuerpo sin pudor,
quitándome gritos de dolor –hiciste que
perdiera la cabeza, me arriesgue a que me echaran, y jamás logre poseerte- Mordió
mis pezones y supuse que ahora sangraban –Por
eso cuando tuve aquel accidente supe que mi hijo haría mi trabajo- Las
lagrimas se abrieron camino aquello dolía realmente –Y echaste a perder mis planes y a mi hijo-
Cada palabra era de furia, y se desquitaba con mi cuerpo,
podía sentir dolor en cada parte de mi cuerpo, sus manos me rasguñaban, sus
dientes rasgaban mi piel y yo solo podía llorar…
-Vamos gime- Pero
de mi boca solo salían sollozos y lágrimas.
Y gemí… gemí cuando una bofetada surco mi rostro, y repitió aquel acto una y otra vez.
No supe cuanto duro
aquello, para mí fue una eternidad, pero ahora me encontraba nuevamente amarado
a aquella cama, cada parte de mi cuerpo dolía, sabía que tenía moretones y
marcas que tardarían en sanar, mi entrada la sentía aún abierta y podía sentir
la sangre salir de mi interior, eso combinado con el dolor de mi pecho de no
saber sobre Jaejoong me ponían peor.
Nuevamente el tiempo paso, aquellos abusas se repitieron,
tal vez diario, la verdad vivía perdido en mis pensamientos, hacía enojar al
padre de Jaejoong cada vez que abusaba de mí, ya no gritaba, ya no lloraba
porque el dolor de mi pecho era más fuerte.
Y la puerta se abrió, y me prepare mentalmente para lo que
pasaría a continuación, y paso el tiempo y no sucedió nada.
La curiosidad pudo más, gire mi vista y me encontré con una mujer
que me miraba con lágrimas en sus ojos.
¿Quién era?
Aquella mujer me recordaba a Jaejoong con sus ojos obscuros,
su cabello tan negro como la noche, aquellos labios rojos y su piel blanca como
porcelana.
-Lo siento- Fue
lo que dijo entre lágrimas, pero no entendía nada de lo que estaba pasando.
Y de lanada se abalanzo contra mí, envolviéndome en un
abrazo, dejándome más confundido que antes.
-Disculpe pero…-
Se separó de mí, sin dejarme continuar.
-Te sacaré de aquí-
Me dijo sorprendiéndome aun más, con una llave desató las cadenas que me ataban
a la cama- Ahora vete antes de que
atrapen-
-¿Quién es usted?-
Ella sonrió tristemente.
-La madre de
Jaejoong- Abrí los ojos por la sorpresa.
-Usted- Ella
asintió
-Lamento lo que mi
esposo te ah hecho, yo no sabía nada de esto- Sentí un nudo en mi garganta –También estoy agradecida contigo-
Aquello me extraño
-¿Por?-
-Tu cambiaste a mi
hijo –Me sonrió –Me esposo hizo que
lentamente su actitud fuera como la de él –Sollozo –y luego apareciste tu, y cambio completamente, sonreía más, era otra
persona, y estoy agradecida contigo-
-¿Por qué no se ah
divorciado?-
-Por Jaejoong- Y
lo entendí
Y algo hizo clic en mi cabeza.
-Sabe- Tragué
saliva -¿Sabe dónde está Jaejoong?-
Y las lágrimas volvieron a salir de sus ojos, y yo sentí las
mías acumularse
No podía ser cierto, Jaejoong no podía estar muerto, y el
primer sollozo escapó de mis labios.
-Lo lamento-
Sollozo y me volvió a abrazar –Yo…- hizo una pausa mientras se separaba de mi
cuerpo Jaejoong me pidió que te sacara-
Y sentí mi corazón latir después de mucho tiempo, y un
alivio se apoderó de mi, aún así no estaba tranquilo, aquella mirada de
tristeza de su mamá me preocupaba.
-¿Y dónde está él?-
Ella me sonrió.
-FLASH BACK-
Estaba feliz, su sonrisa demostraba aquello, y aún más al
recordar las palabras de su hijo que hace unos días le había dicho
-“Mamá, me gusta alguien, yo… lo amo y pronto viviré con él”
“-Se que es raro que me guste un hombre- sonrió enamorado –pero de verdad lo amo, su nombre es Max y
pronto te lo presentare-“
Y nuevamente su sonrisa apareció, esperaba conocer pronto a
aquel chico, le debía tanto, el cambio en su hijo era por él, y con ello su
felicidad, sin embargo aquel rostro de felicidad se convirtió en uno de horror
cuando vio al guardaespaldas de su esposo arrastrando el cuerpo de su hijo
desangrándose.
-¡Jaejoong!-
Aquel hombre detuvo lo que estaba haciendo y vio con miedo
como la señora de la casa lo había descubierto, y eso era malo, el jefe se
enojaría.
Corría hacía el cuerpo de su hijo, viendo su deplorable
estado…
-Jaejoong, cariño-
Lo movió, manchándose las manos de sangre, pero no respondía y su desesperación
era más al ver que no reaccionaba, llevó sus manos hacía su boca, ahogando un
grito, manchando su hermoso rostro blanco de carmesí.
Aquel hombre se movió inquieto, ¿Qué haría ahora?
Se escucho la voz de Jaejoong y aquella señora lo miraba con
una gran sonrisa y con lágrimas en los ojos.
-Umma- susurro,
apenas pudiendo articular.
-Tranquilo- Dijo
acariciando su rostro –estarás bien yo…
llamaré a una ambulancia-
Jaejoong la acerco a su rostro, susurrándole algo que la
dejó paralizada
-¡¿Qué demonios
pasa?!-
Giro su vista, encontrándose con su esposo
-Hay que llevar a
Jaejoong al hospital –Dijo poniéndose de pie –Rápido-
Pero aquel hombre no se movió ni un centímetro, haciéndola
templar por una suposición
-Tu- Susurro –Tu le disparaste-
-¿Y qué si fue así?-
¡¿Estás loco?! ¡Es tu
hijo!-
-No me importa si es
mi hijo, si alguien se interpone en mis planes me desharé de él, ahora apártate
a menos que quieras terminar como él- Volteo a ver al hombre –Llévatelo, ya sabes que hacer- el asintió
y tomo a Jaejoong, que ahora su cuerpo
estaba flácido.
-No ¡Jaejoong!, si no
lo atienden morirá, ¿Qué no entiendes?- Le dijo desesperada
Pero solo recibió un golpe que la dejo en el piso
-Apártate- Entro
a aquel cuarto, cerrando la puerta con seguro
-¡Jaejoong!- se
paró rápidamente, gritó y golpeo la
puerta una y otra vez.
Y el sonido de un disparo la dejo helada, sus lágrimas
dejaron de salir, todo había quedado en silencio y se llevo sus manos hacía su
cabeza.
Eso no podía estar pasando, fue cuando recordó las palabras
de Jaejoong.
“-Max- Susurro –Está en problemas, ayúdalo-“
-FLASH BACK END-
Mis lágrimas escapaban de mis ojos ante aquello, y su mamá
de Jaejoong estaba igual que yo.
-Me tarde mucho en
encontrarte- Me dijo sollozando –Ahora
por favor vete- Y me entrego algo de ropa –Era de Jaejoong- Sonreí y asentí lentamente, también me entrego
algo de dinero –Te servirá por un
tiempo-
-Gracias-Y ella
asintió –Lamento lo de Jaejoong yo… todo
fue mi culpa, si yo no…-
-No fue tu culpa-
Me interrumpió- apresúrate antes de que
lleguen y cuídate-
Y así me puse la ropa de Jaejoong y su mamá me saco de la
gran mansión, y me subió a un taxi rumo a la ciudad de Seúl.
Era la primera vez después de 13 años, que veía el exterior,
no iba a negar que parte de mí estaba feliz, por ser libre al fin, pero aún así
lo sucedido aún me tenía mal, y solo veía el paisaje, y a mi mente venían los
recuerdos de Jaejoong porque para que negarlo, me había enamorado de él y lo
había perdido.
El taxi me dejo en algún lugar de aquella enorme ciudad.
Y no sabía qué hacer, no sabía vivir en aquel mundo, no
tenía la dirección de aquel prostíbulo ya que ahí tenía algo muy importante y
suspire.
El cristal de alguna tienda me devolvió mi reflejo, podía
ver los golpes en mi rostro, y tenía algunas marcas en mi cuello, reí, me veía
deplorable.
También note que la ropa de Jaejoong me quedaba algo corta y
suspire, tendría que comprarme ropa, también recordé que no tenía ropa
interior.
Entre a una tiene y tome lo primero que vi, no era muy
quisquilloso, no después de vivir 13 años sin usar ropa, mientras que me
quedará bien, yo no tenía ningún problema.
Tome unos bóxers, unos Jeans, una polera algo floja y unos tenis,
tuve que hacer varias pruebas de todo, porque no sabía mi talla ni el número
que calzaba.
Y antes de hacer cualquier cosa, necesitaba ir a un lugar,
aunque no sabía dónde estaba, fue cuando recordé algo que hace mucho tiempo me
enseñaros mis padres.
Y no pude evitar reírme, quién diría que al fin y al cabo de
algo me servirían los consejos de mis padres.
Camine –algo incomodo, porque después de tanto tiempo sin
usar ropa y solamente una bota se me hacía algo incomoda -buscando una caseta telefónica
y me encerré en ella, cuando encontré una, y ahí había un libro o am… creo que
se les llamaba agenda o algo así, el punto que fui buscando lentamente hasta encontrar aquel
nombre y la dirección
“Shim Jin Heon”
Shim Changmin, aún recordaba mi verdadero nombre, era
extraño saber que de ahora en adelante usaría ese nombre y no Max, pero el
dejar de lado aquel apodo era dejar ir atrás mi pasado y comenzar mi nueva
vida.
Aún en la calle note como lentamente obscurecía, y no sabía dónde podría pasar la noche,
comencé a caminar, y pude ver gente en los callejones, tal vez sería una buena
idea, pero no me agradaba dormir en la calle.
Así que le pregunte a una persona para un lugar donde dormir,
creo que me dijo algo de un Hotel a unas cuadras, así que camine.
Agradecí a la madre de Jaejoong haberme dado dinero para
pegar aquel lugar, era genial me sentía como un niño pequeño, con aquella cama
para mí solo, sobre todo con servicio a la habitación, o algo así no entendí
bien, (NA: tengan en cuenta que Changmin no sabe muchas cosas) pero cuando me
dijeron que me llevarían la comida que yo quería ¿Cómo podía negarme?
Y fue una de las mejores que pase (omitiré la noche en que
Jaejoong y yo hicimos el amor por primera vez y no solo sexo) estaba tan
cansado, que caí rendido a aquella mullida cama y no supe más hasta el día
siguiente.
Salí renovado de aquel hotel, era como si aquella noche me
hubiera quitado varios años de encima, así que tome un taxi que me llevo a
aquella dirección que busque el día anterior, aquel lugar dónde vivía hace 13
años…
Vi con nostalgia el lugar donde viví parte de mi niñez, recordaba
aquel parque, iba prácticamente todos los días después de la escuela, aunque...
lo recordaba más grande, pero 13 años no pasaban en vano.
Respire hondo cuando mis instintos asesinos salieron a
flote, tenía que tranquilizarme, así que toque el timbre de mi antiguo hogar,
esperando a que me abrieran
La puerta fue abierta y a pesar de los años reconocí a mi
madre, casi no había cambiado en este tiempo y mordí mis labios para evitar
comenzar a gritar.
-¿Si?- preguntó
algo confundido cuando se dio cuenta que la miraba y solo pude sonreír
hipócritamente, lo que aumento su curiosidad
-Hola madre- Y la
vi abrir sus ojos sorprendida, su cuerpo tembló ligeramente, su boca se abría y
cerraba y yo sonreí más.
-Ch… Changmin-
Por fin pronunciaron sus labios
-Me sorprende que aún
me recuerdes-
-¿Quién es? –
Escuché otra vez y pude ver a mi padre, quien vio de reojo a mi madre, quien
estaba pálida.
Fue cuando me miró y yo le sonreí.
-Vengo por algo que
me pertenece- Estaba confundido, lo sabía, porque el aún no sabía quién
era.
-Lo siento muchacho, pero
creo que te equivocaste de dirección, no recuerdo haberte visto nunca-
-Lo sé- le sonreí
–Se que para ustedes fue fácil olvidarme,
pero yo jamás olvide, padre-
Y al igual que mi madre se sorprendió.
-¿Qué haces aquí?
Dijo al parecer nervioso
Yo solo me encogí de hombros
-Necesito algo, y
ustedes lo tienen- Dije aprovechando que ambos estaban prácticamente
estáticos para abrirme paso dentro de la casa.
-Wow, esto se ve tan
diferente- Como siempre recordaba las cosas más grandes, y al poco rato
escuche a mis padres seguirme.
¡Vete, o llamaremos
para que te regresen!- Escuche a mi padre gritarme
-Hazlo- Le dije
tranquilo, ya que sabía que aquel lugar había sido cerrado, debido a que el
padre de Jaejoong lo había reportado y por su puesto había eliminado su
registro y el de Jaejoong para no salir perjudicado –Por algo estoy aquí-
Ambos se quedaron de piedra al escucharme, y comencé a subir
las escaleras.
-Entonces llamaremos
a la policía- Dijo mi madre –Por invasión-
-No estoy invadiendo
nada- Le dije sin detenerme –Solo necesito
algo que me pertenece, y no volveré a
aparecer en sus vidas-
Entré rápidamente a lo que era mi habitación y me encerré en
ella, tal vez lo que buscaba estaría ahí.
¿Quién eres tú?-
Escuche una pequeña voz y cuando gire mi vista me encontré con una niña que
aparentaba unos 12 años.
Esto no podía ser cierto
Me miraba con curiosidad, con sus ojos chocolate, y sentí un
nudo en mi garganta, su curiosidad aumento cuando empecé a reírme, seguro que
pensaba que era un jodido loco.
Y en ese momento me sentía como uno, ahí frente a mí, estaba
mi pequeña hermana, no me pregunten cómo, lo sabía con solo verla.
-Lo siento- Le
dijo aún sonriendo
Recorrí el lugar con la vista, había cambiado mucho desde la
última vez que estuve ahí.
-¿Quién eres?- Me
volvió a preguntar, al parecer un poco nerviosa cuando los gritos de nuestros
padres se escuchaban.
-¿Cuál es tu nombre?-
Le pregunté y ella aún un poco nerviosa me respondió
-Shim Seo Yin- y
yo sonreí
-Sabes, si te digo
quien soy no me creerás- Le dije aún viendo la habitación –recuerdo que esta habitación más grande-
Y ella abrió sus ojos sorprendida
-¿Cómo…?-
-¿Cómo puedo conocer
tu habitación?- Y ella asintió –Antes
era mía- Le dije –Era antes de color
azul, la cama estaba pegada a aquella ventana- Ella sonrió un poco
-Suena agradable-
y me sorprendió ver la confianza en su voz, al parecer ya no me tenía miedo –Es mejo que este rosa-
Y no pude evitar reír, a lo que ella rió con una sonrisa
tímida.
-Seo Yin- La
llamé, y ella vio mi seriedad –Si te
digo quien soy ¿Me creerías?- ella se removió incomoda en su lugar
-No lo sé- Dio un
vistazo rápido hacía la puerta, donde los gritos de nuestros padres se
escuchaban, y luego me miró –Al parecer
a mis padres no les agrada que estés aquí, pero me transmites confianza- Y
yo sonreí.
-Mi nombre es Shim
Changmin- Me costó trabajo no decir Max –Y soy tu hermano mayor Seo Yin-
Pude ver como se ponía pálida y abría y cerraba la boca sin
saber que decir, y no la culpaba
-Lo es cierto-
Susurro –Si eres… si eres mi hermano…
como… como-
-Es una larga
historia- Le dije sentándome sobre la cama –La última vez que estuve aquí fue cuando tenía 10 años-
-Pe…-
-Ellos- La
interrumpí –Ellos me vendieron- Y
esta vez se quedo completamente callada-
Pero como te dije, no espero que me creas-
Ella bajo la cabeza, al parecer se lo estaba pensando, como
si realmente pensara la gran estupidez que le acababa de decir
-Muéstrame-
Susurro –Muéstrame- Alzo la mirada
decidida –Dame una prueba de lo que me
estás diciendo es verdad-
Y yo sonreí ante eso, aún no podía creer que Seo Yin me estuviera dando su confianza
-Hecho- Le dije moviéndome
rápidamente por la habitación con la atenta mirada de mi hermana que me seguía.
-¿Qué buscas?-
-Algún indicio de que
estuve aquí- Dije pensativo –Pero supongo
que se deshicieron de todo- Bufe. Y fue cuando algo hizo clic en mi cabeza
y voltee a verla con una sonrisa y ella me miro extrañada –Todo debe estar en la habitación de nuestros padres-
--¿Y cómo planeas llegar
hasta allá? No creo que nos dejen pasar- Dijo volteando hacía la puerta
-Tengo mis trucos- Le dije caminando hacía el armario. Mi pequeña
hermana se sorprendió cuando abrí el armario y levanté un pedazo de madera del
piso –Este era mi escondite- Le dije
sacando un pequeño cuchillo –Es de
juguete- Puse el dedo en la punta, haciendo que esta se sumiera –no te lastimare ¿Lista?-
Ella asintió y sonrió
de una manera pícara, sabía lo que íbamos a hacer era como estar conectados,
como si ambos estuviéramos planeando una travesura, y supe que si no me
hubieran vendido mis padres, ella y yo nos llevaríamos y entenderíamos muy
bien.
Mi pequeña hermana me
dio la espalda y le puse el cuchillo de juguete en su garganta y abrí la puerta,
fue horror lo que vi en la cara de nuestros padres al ver un cuchillo en la
garganta de su hija, en manos de un hijo al cual vendieron, viéndolo de su
lado, era algo tal vez peligroso.
Pero trate de ignorar
aquellos pensamientos y camine ellos retrocedieron, y lentamente fui caminando
de espaldas hacía su habitación, vigilando sus movimientos para seguir con la
farsa de que los estaba amenazando con degollar a mi hermano, claro que eso nunca ocurriría,
pero ellos no lo sabían.
Mi madre llevó sus
manos hacía su boca para acallar un gritó, y mi padre tenso su cuerpo y me miro
con el seño fruncido, y por un momento le tuve envidia a mi hermana, por un
momento volví a hacer el niño de 10 años que lloraba y gritaba con
desesperación por algo de ayuda a sus padres, por ver aquellos rostros ese día
que me llevaron lejos…
Entre a su habitación
y nuevamente nos encerramos en su habitación, hubo un momento de silencio donde
mi mente seguía transportándome a aquel
suceso vivido, en aquel momento donde mis padres decidieron que ya no les
importaba más, y al parecer mi hermana lo noto.
-¿Estás bien?- Me pregunto preocupada –Estás algo pálido-
Yo solo pude asentir y
sonreír forzadamente para tranquilizarla
-Solo recordé algo-
-El día en que te vendieron- No pude evitar sorprenderme ante lo que me
dijo ¿Cómo lo sabía? y empezó a reírse –Solo
lo supuse, pero por tu cara quiere decir que le atine- Lo más seguro es que
tenía una cara de estupefacción.
-Tienes razón- sonreí triste –Pero eso fue hace mucho tiempo, solo recordé al ver sus rostros
preocupados por ti, y desee ver esas expresiones el día en que me llevaron
lejos-
Ella borro su sonrisa
y puso una expresión triste
-Lo lamento-
-No es tu culpa, no tienes porque disculparte
conmigo- Y comencé a revisar
los cajones y ella no volvió a tocar el tema y yo se lo agradecí en silencio.
ç
-¿Qué es exactamente lo que buscamos?- Pregunto ya cansada de buscar algo que no
sabía que era.
Iba a contestarle
cuando los encontré, con una sonrisa saque aquello que estaba buscando, eran unos
pedazos de papeles, mi acta de nacimiento, y otros que demostraban que existía,
los necesitaba para poder tener una identidad, no tenía estudios, pero tal vez
con el tiempo lograría estudiar.
Le di mis papeles a mi
hermana, y sin embargo ella no los vio y solo me sonrió, ante aquello la vi
extrañado ¿Qué pretendía?
-Ya no los necesito- Me dijo con una sonrisa –Te creo-
-Pero…-
-Max- Mi protesta contra mi hermana murió ante aquella voz que se escucho
detrás de la puerta, y sentí como mi cuerpo tembló, mi mente me estaba jugando
sucio, y lo volví a escuchar -¡Max!-
-Jaejoong- Fue lo que logré susurrar
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-Max- Susurre –Está en problemas,
ayúdalo- fue lo único que pude decir, realmente me costaba respirar, pero tenía
que sacar de alguna manera a Max de ahí, y mi madre era mi última esperanza
porque yo sabía que moriría ese día.
-¡¿Qué demonios pasa?!-
-Hay que llevar a Jaejoong al hospital, rápido-
-Tu- Susurro –Tú le disparaste-
-¿Y qué si fue así?-
¡¿Estás loco?! ¡Es tu hijo!-
-No me importa si es mi hijo, si alguien se
interpone en mis planes me desharé de él, ahora apártate a menos que quieras
terminar como él-
Solo escuchaba sus
voces, solo eso, no podía mover mi cuerpo
-Llévatelo, ya sabes que hacer- y después de eso sentí como mi cuerpo era arrastrado, ¿A dónde?, no lo
sabía, pero sabía que sería el lugar donde moriría
Sentí que me colocaban
unos grilletes en mis muñecas y luego me colgaron contra una pared, no pude
evitar reír débilmente, vaya vida que había llevado, siempre había sido un niño
mimado y egocéntrico, y aunque siempre que decía que mi padre era un idiota,
alcohólico y demás jamás me había atrevido a desobedecerlo, y ahora me
encuentro aquí a punto de ser asesinado por el que alguna vez llame padre y no
me importaba en lo absoluto.
-¿De qué te ríes?- Con dificultad levante mi rostro y vi el
rostro cebero de mi padre y yo le sonreí, lo que el frunció el seño –No estás en posición de sonreír Jaejoong-
Dijo sacando un arma.
-Lo sé- Me sorprendió poder decir algo –Y
se que en este mismo instante moriré, y no me importa-
Un horrible dolor atravesó
mi cuerpo, y jadee de dolor, mi padre me
había vuelto a disparar, pero solo fue a mi hombro ¿Estaba jugando?
-No te mataré, te necesito vivo- Fue lo único que me dijo –Traigan a un doctor-
Cada parte de mi
cuerpo aullaba de dolor, pero ante el
comentario anterior tuve un mal presentimiento ¿Para qué me necesitaban? Creo
que era más que obvio que no lo volvería a ayudar con lastimar a Max.
De repente mi cuerpo
no resistió más, nuevamente mi vista se nublo y todo se volvió negro.
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Lentamente abrí los
ojos, sintiendo mi cuerpo pesado, sintiendo el dolor en cada parte de mi
cuerpo, y lo primero que vi fue el rostro de mi padre
-Por fin despiertas-Pero no conteste, me sentía muy débil para
hacerlo –Veo que la cirugía te afecto- Dijo restándole importancia
-Porque- Mi voz era un susurro -¿Por qué
me mantienes con vida?-
-Quiero saber que fue lo que paso- Dijo acercándose más hasta sostener mi rostro
y apretarlo con fuerza, sacándome un gemido de dolor -¿Qué le paso a mi hijo? ¿A mi orgullo? Para desobedecerme de esa
manera-
-Tu hijo- solté en un suspiro -Ese hijo murió- Ante aquello me soltó
una bofetada.
-¡Eres un idiota! ¡¿Renunciaste a todo por ese
chico?!- Y no pude evitar reír
ante aquello
- ¿Me lo dices tú?- Susurre -¿Cuántos
años estuviste planeando la venganza contra aquel burdel solo por Max?-
Ante aquello se quedo callado y solo salió de ahí molesto.
No sé cuánto tiempo paso,
pero mi padre era testarudo, siempre regresaba intentando traer de vuelta a
aquel hijo que alguna vez, aquel hijo que hacía lo que le dijeran sin
rechistar, y sin embargo con el tiempo se volvió una tortura, siempre traía a
una persona con un látigo, sacándome heridas cada vez más profundas.
Mi cuerpo no podía
tener más heridas, siempre cubierto de sangre, a veces me preguntaba porque mi
padre seguía insistiendo, ya no quería seguir con esta tortura, solo quería morir,
y me preguntaba si Max estaba ya libre.
Un día en específico
que apenas si podía estar despierto la puerta se abrió como siempre, sin
embargo no escuche la silla de ruedas de mi padre, a cambio escuche unos lentos
e inseguros, con dificultad levante la vista y mi corazón latió después de
tanto tiempo.
-Mamá- Logré susurrar y ella me miro con una sonrisa, al mismo tiempo que su
rostro estaba cubierto de lágrimas.
-Estás vivo- Susurro entré lágrimas y corrió a abrazarme, no pude
corresponderle porque mis manos seguían atadas a la pared –Te sacare de aquí- Me dijo separándose
de mí, sacando unas llaves, liberándome de los grilletes, haciendo que cayera
precipitadamente contra el piso –Lo siento
cariño- Me volvió a abrazar.
La abrace, y le
pregunte algo que tenía rondando desde hace mucho tiempo
-¿y Max?- Ella me miró con lágrimas en los ojos y me preocupe, así que la tome
por los hombros y la zarandee desesperado
-Tranquilo- Me susurro y yo la solté –Lo dejé
libre hace un par de horas, y le di algo de dinero- Me dijo con una sonrisa
–Tarde un tiempo en encontrarlo, pero
hice lo que me pediste- Sus lágrimas seguían bajando por su rostro y ante sus
palabras pude sentir un gran alivió recorrer mi cuerpo - Pero tu padre ya lo descubrió y mando a buscarlo-
-Tengo que ir por él- Intenté ponerme de pie, pero en cuanto lo hice
nuevamente caí al piso
-Estás muy débil cariño, aunque sea espera
hasta mañana-
-Si lo hago papá lo encontrará- Le dije desesperado
-Lo sé, pero así como estás no lograrás hacer
nada- Me dijo, para luego
tomarme el rostro y mirarme directamente a los ojos -¿Lo entiendes verdad?- Yo solo pude asentir- Bien- Ella hizo una seña y Kyuhyun entró. Jamás estuve tan feliz
de ver a ese chofer.
Entre mi madre y
Kyuhyun me sacaron de ahí, llevándonos a uno de nuestros autos una vez adentro
le pregunte a mi madre:
-¿A dónde vamos?-
-A una
casa que compre hace mucho tiempo, lo compre a nombre de alguien que conozco,
así tu padre no nos encontrara-
Solo pude asentir, la calma lentamente embargo mi cuerpo y sin
más me quede dormido.
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Encontrar a Max en
Seúl era como encontrar una aguja en un pajar, y aparte tenía la desesperación
de que mi padre lo estaba buscando y tenía sus contactos, aparte de que yo
llevaba un día de retraso, me preocupaba que mi padre ya lo haya encontrado,
pero quería ser optimista y comencé a buscarlo.
Mis heridas aun no
sanaban por completo, pero no podía perder más tiempo.
No sé cuantas horas
pasaron pero ya me había cansado, había estado buscando a Max al mismo tiempo
que evadía a los guardias de mi padre, que para este momento no solo buscaba a
Max, a mí también y a mi madre.
Me senté un rato tratando
de relajarme un rato, cuando un taxi se estaciono cruzando la calle, no le tome
mucha importancia, me puse de pie dispuesto a seguir recorriendo la ciudad cuando
sin querer voltee hacía la dirección dónde aquella personas bajaba del taxi, mi
corazón se detuvo por un momento para comenzar a trabajar el doble
Ahí bajando del taxi
estaba Max, y sentí como mis lágrimas se acumulaban en mis ojos, porque ahí
estaba Max frente a mí, sin un rasguño
-¡Max!- Grité, pero el sonido de los automóviles disminuía el sonido de mi voz
-¡Max!- Pero él seguía caminado, por
un momento giro, y pude ver algo de melancolía en su rostro al ver el parque que
estaba junto a él.
Y luego camino hacía
una de las casas que estaban cerca, y yo no podía cruzar la bendita calle,
quería correr hacía él y abrazarlo pero tampoco iba a cruzarme sin nada arriesgándome
a que un carro me atropellara.
A lo lejos pude
ver como tocaba la puerta, y una mujer
salió de ahí, no supe de que estaban hablando pero la mujer se sorprendió, y luego
un hombre salió, y lo supe, aquellas personas eran los padres de Max, el hombre
se parecía a él.
Max sonrió, y luego un
camión grande se atravesó y no me dejo ver lo demás, solo vi cuando la puerta
fue cerrada. Cuando por fin pude atravesar la calle me quede a fuera un rato,
supe que Max estaba reencontrándose con sus padres y necesitaba algo de tiempo
Jamás le había preguntado a Max sobre sus
padres, ni como había llegado a aquel burdel, y el tampoco me lo había contado,
por eso siempre había creído que era un tema delicado
Un gritó llego a mis
oídos y supe que provenía de la casa donde había entrado Max, sin importarme
nada entré sin permiso a aquella casa, encontrándome con aquellas personas que
supuse eran los padres de Max, golpeando y gritando a aquella puerta.
-¿Qué está pasando?- Aquellas personas giraron a verme
-Un chico se metió a nuestra casa, le puso una
navaja al cuello a nuestra hija y se encerró en la habitación-
No pude evitar enarcar
una ceja ¿Estaban hablando enserio? Max no haría nunca eso, y pude ver en sus expresiones
que no me estaban diciendo la verdad
-¿Por qué no han llamando la policía?- Ambos se miraron entre sí y me di cuenta de
que tenía razón, ellos no me estaban diciendo la verdad –Vale, lo sacaré de ahí-
-Max- Ellos me miraron sorprendidos al parecer no sabían que lo conocía -¡Max!
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Changmin sintió que
todo le daba vueltas cuando escucho la voz de Jaejoong, y su hermana notó como
se ponía pálido
-¿Changmin quién es Jaejoong?- Pregunto para saber porque su hermano se ponía
pálido -¿Y por qué te llamo Max?-
-Es una larga historia- Le sonrió al mismo que le volvía a enseñar la navaja de
juguete –Quiero meterlo a la habitación-
Ella sin entender
mucho asintió y repitieron el acto anterior, donde Changmin le puso la navaja
en su cuello.
Jaejoong no pudo
evitar sorprenderse cuando la puerta se abrió y Changmin salió con aquella
chica y una navaja en su cuello.
-¿Max qué estas…- Pero no pudo
seguir continuando porque un gritó se escucho a su espalda
-¡Suelta a nuestra hija!- Pero Changmin no se inmuto
-Jaejoong- Este giro su vista a su niño y pudo ver un brillo en su ojos, al mismo
tiempo podía ver un mensaje en ellos, le iba a seguir el juego, fuera lo que
fuera –Entra a la habitación- Y el obedeció
–Y ustedes- Le dijo a sus padres –No se muevan- Dijo acercando la navaja
al cuello de su hermana
A lo que sus padres
dieron un paso hacia atrás y obedecieron
Una vez que Changmin
los encerró en el cuarto giro con una gran sonrisa hacía Jaejoong, porque esta
vez era diferente, siempre acostumbrado –demasiado para su gusto- a que le
dieran la noticia de quien quería estaba muerto, y ahora Jaejoong estaba ahí
frente a sus ojos, y sin pensárselo 2 veces se abalanzo contra él siendo
recibido por 2 fuertes brazos que lo apresaron contra su cuerpo.
-Estás vivo- Fue lo
que susurro, mientras que lentamente se separaba de su cuerpo, comenzó a
observar su cuerpo, pudo ver heridas en su cuello y rostro, pero no le importo,
porque estaba ahí.
-Pasaron
muchas cosas- Le dijo con una gran sonrisa para
abrazarlo nuevamente
Mientras Seo Yin los veía con una sonrisa en
su rostro, no le importaba que su hermano tuviera esos gustos, muchos de sus
compañeros eran así, y le hacía feliz ver a su hermano con esa gran sonrisa.
Cuando se separaron Changmin volteo a ver a su
hermana con una gran sonrisa
-Jae,
ella es mi hermana Seo Yin- Ambos hicieron una
reverencia.
Pero Jaejoong aun tenía la duda de si aquella
chica era su hermana porque sus padres se habían vuelto locos porque su hijo desaparecido
después de tantos años había regresado, parecían asustados.
Y al poco rato volvieron a escuchar los golpes
y gritos detrás de la puerta.
-Creo
que es hora de irnos- Jaejoong asintió y cuando
estaban a punto de salir la hermana de Changmin los detuvo
-Espera- Changmin se volteo a verla con curiosidad -¿Nos volveremos a ver?-
Changmin le sonrió dulcemente y asintió.
-Un día
vendré a buscarte ¿De acuerdo?- Ella asintió con una
gran sonrisa
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-Toma
es tuya- Me dijo mi hermano cuando me entrego aquella navaja de juguete y yo solo pude
sonreír.
Era una loca historia, pero si me ponía a
pensar detenidamente algo de esa historia tenía coherencia, siempre le pedía a
mis padres un hermana o hermano, y siempre que mencionaba el tema se ponían
ariscos y a la defensa, aquello era porque ya tenía un hermano, un hermano al
que habían vendido hace mucho, antes de que yo naciera.
Una vez que abrieron la puerta mi hermano y su
–quiero suponer- pareja ignoraron a mis padres y siguieron su camino, mis
padres inmediatamente corrieron hacia mí, preguntándome si estaba bien,
observando con detenimiento mi cuello si no tenía algún corte hecho por aquella
navaja de juguete.
Ante la mirada de mis padres me puse de pie y
camine hacia la ventana, viendo como mi hermano y Jaejoong se subían a un taxi,
y sonreí, gire hacia mis padres y puse el dedo en la navaja, demostrándoles así
que solio era un juguete, y ellos se quedaron estupefactos.
-Ahora díganme
porque vendieron a mi hermano-
Y sus
miradas valieron oro en ese momento.
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Después de aquello todo lentamente fue tomando
su lugar, sabía que el padre de Jaejoong nos estaría buscando, y habíamos
llegado a una solución: Salir del país
Y acepte, pero quise ir a un lugar antes de
salir del país, tal vez un día volveríamos pero cuando ya no estuviéramos huyendo.
Por eso le pedí a Jaejoong que me llevara al prostíbulo,
ahí donde estuve 13 años de mi vida, pude ver un montón de cordones donde decía
que se prohibía el paso, recordaba que había cerrado por ser clandestino, pero
no me importo
Así que con Jaejoong entré al lugar,
recorriendo aquellos pasillos solitarios hasta llegar a lo que alguna vez fue
mi habitación.
-¿Max?- Gire mi rostro al verlo y le sonreí.
-Solo
estaba recordando, cuando llegue aquí- Reí un poco –Es un poco extraño que ya no pertenezca a
este lugar- y me acorde de algo -¿Jaejoong?-
-¿Sí?-
-Mi
verdadero nombre es Changmin-
El me miró sorprendido y me sonrió para
abrazarme, y cuando me soltó camine hacia lo que fue mi cama, me agache y saque
una caja de metal
-¿Qué
es?- Pregunto curioso, pero no le respondí, solo abrí
la caja y él se quedo pasmado
-Es la
propina que me daban los clientes, la mantuve escondida, porque siempre quise
salir de este lugar, y cuando lo hiciera no quería estar sin que vivir-
-Es
bastante- Yo solo asentí -¿Listo
para irnos?-
-No,
aun me falta por visitar algo más-
Me dirigí hacía lo que era el patio trasero,
era el único lugar al que nos dejaban salir, todo estaba bardeado y bien
vigilado desde que Taemin hubiera logrado escaparse.
Camine hasta lo que era una reja, y ahí en ese
lugar era un cementerio, aquí enterraban a las personas que habían trabajado
ahí para no levantar sospechas de nada.
Taemin estaba enterrado ahí, camine entre las
lápidas hasta tomarme con una que decía “Lee
Taemin” Y sonreí al recordar en como la única forma en
que recuperaras tu nombre era muriendo, me agache y acaricie con mis dedos
lentamente su lapida.
-Seguiré
adelante- susurre, vi de reojo a Jaejoong, que solo
miraba la lapida, no sabía nada de Taemin, tal vez un día le contaría que fue
mi primer amor y la forma trágica en que murió, pero en esos momentos sentía
que no tenía importancia después de todo al que amaba ahora era a él.
Agradecía a Jaejoong que no preguntara mucho
de mi pasado, no había dicho nada aquel día que fui con mis padres y mi hermana, y realmente se lo agradecía, había
algunas cosas que no quería desenterrar, Taemin era una de ellas, porque él era
mi pasado y ahí se iba a quedar.
Me puse de pie y di media vuelta para salir de
aquel lugar, cuando una pareja entro al cementerio, la verdad no le di mucha
importancia en ese momento y seguí caminando seguido de Jaejoong.
Gire mi vista una vez más hacía la tumba de
Taemin para despedirme cuando me di cuenta que aquella pareja había dejando un
ramo de flores en su tumba, y lo supe… eran los padres de Taemin.
Apreté mis puños fuertemente hasta hacerme
daño, pude ver que Jaejoong se dio cuenta cuando me abrazo
-¿Estás
bien?- Pero por un momento lo ignore y camine directo
hacía ellos, recordaba hace muchos años algo que me dijo Taemin
“No
quiero volver a ver a mis padres, ni siquiera cuando muera”
Quería cumplir lo que Taemin había pedido, y
me pare bruscamente, me quede viendo aquella escena, dónde su madre se deshacía
en lagrimas, y solo pude pensar “Que hipócritas”
Di media vuelta y Jaejoong me siguió fuera del
lugar.
-¿Changmin,
estás bien?-
-Sí,
solo- Suspiré –A
quién vine a visitar hoy fue a alguien que ame hace mucho- Una gran tristeza abarco el rostro de Jaejoong
-No,
escúchame- Le dije tomando su rostro, para obligarlo a que me viera –Te amo ¿Me escuchaste? Te amo a ti, a él
lo ame hace mucho tiempo y lo asesinaron- El me miró sorprendido –Estoy enojado porque aquella pareja que entró eran sus padres-
-¿Qué
tiene?- Preguntó confundido
-Sus
padres lo vendieron a este prostíbulo cuando tenía 10 años, y verlos aquí me
enoja porque son unos hipócritas, de haberlo hecho hace mucho tiempo no hubiera
dudado en gritarles, pero ahora a la persona que amo es a ti Jaejoong y eso ya
no me corresponde-
-Entiendo- Dijo abrazándome y pegándome a su cuerpo –Tus padres también te vendieron ¿Cierto?- Baje mi mirada
-Eso fu
hace mucho tiempo Jaejoong-
-Hey-
Tomo mi rostro entre sus manos y depósito un beso en mi nariz –Nunca te pregunté porque sabía que era un
tema delicado, pero quiero saber, ahora más que nunca-
No pude evitar suspirar y sonreírle al mismo
tiempo, porque Jaejoong era todo mi universo en ese mismo instante asentí y
tome su mano comenzando a caminar.
-Te lo
contaré en el camino-
Porque era feliz, de ahora en adelante
seríamos solo él y yo, porque lo amaba porque a pesar de mi libertad seguía
siendo un esclavo, su esclavo que cumpliría cada uno de sus deseos.
FIN
Hola hola, pido mil disculpas por la tardanza de este fic, en primera la universidad no me deja mucho tiempo y menos en tiempo de examenes, pero bueno, espero que les haya gustado esta historia que por fin despues de mucho tiempo llego a su final n.n gracias por leer
Hola!
ResponderEliminarSi tengo que ser sincera, he de decir que el final me pareció muy abrupto...la trama se fue complicando y en partes tuve que saltarme porque me aburría...creo que corriste demasiado con este capítulo, que Max se haya recuperado demasiado rápido de los ultrajes, esa visita a su casa, su hermana, no sé pero no le vi sentido para la historia.
No vayas a tomar mi comentario como malo, es con buena intenció...unas sugerencias para el futuro, he leído tus otros fic...empiezas bastante bien, el inicio pega y una quiere saber más, pero al final como que corres e incluyes cosas que distraen de la trama principal, todo termina muy rápido y hay varias cosas que quedan sin explicación.
Pero eso sí, debo darte gracias por escribir Jaemin, amo mucho a esa pareja, y sobre todo a CM de uke, wiiiii :)
No al contrario, agradezco tu comentario y crítica, eso m ayuda mucho a mejorar mis historias n.n tratare de tomar tus consejos, e verdad, muchas gracias haré lo posible en la siguiente historia,n.n
EliminarKyyaaa el final de esta historia!!!
ResponderEliminaruff pobre Min, hasta el final sufrio mucho y yo tambien al pensar que Jae si habia muerto.
De verdad que no entiendo a los padres de Min, pero me alegro muchisimo que su hermana haya hecho click con él jeje.
Me gustaría que hicieras un epílogo, es que no puede quedar impune todo lo que el padre de Jae hizo, merece su castigo.
Pero aun asi, gracias por terminarlo linda!!
Jejeje voy a pensarlo, es que en esta historia no me fluían mucho las ideas n.n gracias por leer y por tu cometario
EliminarOMG! ¡Yisus~! Gracias al cielo.... CHANGMIN ESTA BIEN JUNTO A JAEJOONG~ °^°
ResponderEliminarSentí que el alma se fue de mi cuerpo al creer que JaeJoong estaba muerto -llora- pero bien.... Me repondre.... Luego... La ida de Min con sus padres me hizo enfurecer pero eso se esfumo cuando interactuo muy bien con su hermanita T.T hasta llore de mera alegría.
Que bueno que mi JaeMin ya esta bien.... Muchas gracias por el three shot ^^ alimentas mi amor por el JaeMin
Sung_Eun_Kyung<3 (<-- Nombre original de mis cuentas de lectora)
Jejeje gracias por leer n.n este three shot me costo mucho trabajo porque mi inspiración no fluía y te agradezco tu comentario n.n
EliminarNo, no, no.... NADA de eso.... GRACIAS A TI POR ESCRIBIR ESTO ^^ y comprendo lo de tu inspiracion.... Suele pasar y es frustrante.... Suerte con ello.
Eliminarjeje n.n
Eliminarwow y mas wow! no me esperaba algo asi, pero me gusto la historia y el final *^*
ResponderEliminarJajaja, por qué no ne-chan? gracias, me anima a seguir escribiendo TKM
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